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Bale, Cavani y la partida de ajedrez

Fichajes. “Los noventa minutos de un partido de fútbol son la excusa perfecta para que hablemos de todo lo que le rodea el resto de la semana”. El autor de la frase lo clavó. Los aficionados vivimos con auténtica pasión el movimiento de fichajes cuando llega el verano. AS vende más periódicos que en plena competición. Punto Pelota lidera la noche deportiva de manera escandalosa en esta época también. Nos queremos ilusionar con la posible llegada de los mejores jugadores a nuestra Liga. Vivimos estos movimientos como si estuviésemos jugando la Champions. El culebrón sobre Neymar fue apasionante. Guerra de cifras, reuniones secretas televisadas en directo, movimientos de varios clubes para encarecer el fichaje culé, el enviado del Barça durmiendo en casa del futbolista... Todo este mundo del fútbol es tan grande porque ningún guionista ha sido capaz de mejorar la realidad.

Tacto. Hay que manejar los tiempos con inteligencia. Un movimiento en falso puede encarecer en más de diez millones una operación importante. Se trata de una partida de ajedrez narrada al minuto. Los medios de comunicación presionan con cifras, los futbolistas intentan influir con sus declaraciones, los agentes y representantes con sus filtraciones...

Diferencias. Cavani ha dicho abiertamente que sueña con el Real Madrid. Estrategia pura. Medida de presión. El futbolista fuerza al Nápoles a negociar o, por lo menos, a escuchar al Madrid. Higuaín buscaba abaratar su traspaso cuando pegó la rajada en la zona mixta tras el último partido. El argentino buscó a la Prensa, la utilizó para dar un toque al club. Todo está estudiado. El futbolista se limita a seguir las consignas. Hay jugadores que participan de ese juego. Otros no. En el caso de Gareth Bale es mucho más difícil. El Madrid sabe que el galés sería incapaz de hacer unas declaraciones como las de Higuaín y que en ningún caso se declararía en rebeldía. Este tipo de futbolistas dificultan el trabajo de sus pretendientes.

Paciencia. Esto no ha hecho más que empezar pero se nota la impaciencia en algunos sectores. Ver que tu máximo rival se refuerza a conciencia pone de los nervios a más de uno. Pero, ojo, no hay que caer en la trampa. Los exámenes llegarán a finales de agosto. Ahí sabremos quiénes han hecho mejor sus deberes. Después llegará el momento de poner las piezas en el tablero, en el terreno de juego, aunque esa ya será otra historia...Y Punto Pelota.