Tahití se suicidó ante el ataque de España
Nada menos que 27 remates firmó España ante Tahití. La defensa polinesia se suicidó jugando muy arriba y muy abierta, permitiendo a delanteros como Villa, Torres y también a Silva y Mata entrar como por el pasillo de su casa. Tardó La Roja en marcar el segundo gol, pero no fue más que por un periodo de transición del 5' al 31' en el que Tahití mezcló energía y suerte. Pero la goleada estaba más que cantada.
De los 27 remates totales, 15 fueron a portería, lo que convirtió al portero Roche convertirse en el héroe pobre del partido. Hizo cuanto pudo.
Del Bosque dio una vuelta de tuerca con Navas en la segunda parte. Tahití se desangró por la banda izquierda, donde el sevillano parecía el AVE con sus entradas y jugadas de peligro. Y al desfondarse los oceánicos, ya ni hubo defensa en línea ni nada similar. Aquello fue un tumulto deshilvanado de sufridos jugadores esperando un pitido final. No hubo más historia que la cuenta de goles.
Festín de Navas. El fichaje del City entró en la segunda parte y abrumó a la zaga tahitiana con su velocidad. Entró mil veces creando mucho peligro.
Mucho espacio. La defensa de Tahití se adelantó mucho y mal. Villa y Torres fueron taladrando el muro y después de media hora ya no hubo rival.