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La obra de Laso. La reconquista de la Liga ACB, seis años después, ha tenido el sello del vitoriano. Un entrenador con ADN madridista que se ha criado en la cultura ganadora del club, asumiendo con entereza la presión e inoculando a sus hombres ese hambre que él ya exhibía como jugador en los años 90. No hay que olvidar que la Patrona de su bendita tierra es la Virgen Blanca, lo que ya profetizaba un final feliz para su impresionante trabajo. Campeones de Liga, campeón de la Supercopa, subcampeón de Europa después de tumbar al Barça en las semis de la Final Four... Hubo gente que hace dos veranos se manifestó en el Bernabéu contra el nombramiento de Laso, que llegó para hacer olvidar la pesadilla de Messina. Hoy habrán entendido que un técnico español y con sangre vikinga siempre sabrá llevar mejor las riendas de esta nave que convirtió en crucero de lujo desde el banquillo otro españolito ilustre: Pedro Ferrándiz. Messina pedía mucho y ofrecía poco. Y se quejaba a todas horas. Laso calla, mastica su orgullo, se curra los partidos como un fanático de la pizarra y afronta la lucha como si aún llevase las zapatillas puestas. Con Laso, al fin del mundo.

Alirón en casita. Hay que remontarse veinte años atrás para recordar un alirón celebrado en el Palacio junto a la fiel y entendida afición blanca. En aquel equipo estaban Sabonis, Brown, Biriukov, Simpson, Antúnez, Lasa, Antonio Martín y Cargol. El Joventut de los hermanos Jofresa, Villacampa, Ferrán y Mike Smith claudicó. Con mi primo, el Jaro, me fui a la cancha con la pierna vendada después de haberme operado tres días antes. Me salté la orden médica de reposo absoluto. Perdíamos por ocho (39-47) y la gente estaba de los nervios. Pero por allí irrumpió Chechu Biriukov (un ruso-español que los tiene bien puestos) para firmar un triplazo desde casi el centro de la cancha. Me levanté enloquecido y me dio igual el dolor. Luego culminamos la faena, con Clifford Luyk en el banquillo. Mariano Jaquotot, que en paz descanse, fabricó aquel equipazo. Ahora son Juan Carlos Sánchez, el mítico Alberto Herreros y el infatigable Gica los que están dando la cara en los despachos para culminar el éxito. Florentino ha ido a ver casi todos los partidos este año. ¡Quién le iba a decir que los gigantes le iban a dar su gran alegría de esta convulsa temporada!

Capitán, héroe y MVP. Con Navarro mermado por su lesión, emergió Felipe Reyes como un coloso para convertirse de nuevo en el MVP de la serie final. Este cordobés corajudo y ejemplar fue el bastión en el que se cimentó el 3-2 de la gloria. Sus 14 puntos y 5 rebotes son lo de menos. Lo de más es su espíritu inquebrantable, en plan Raúl, que puso a 12.832 gargantas a gritar emocionados su nombre monárquico: "¡Felipe, Felipe, Felipe!". Con este pedazo de pívot somos Reyes de España. En 2014, con 34 tacos, nos hará Reyes de Europa...

El futuro. El Madrid se ha coronado con una base nacional determinante: Llull, Sergio Chacho Rodríguez, Mirotic, Reyes, Rudy Fernández y Carlitos Suárez. Pero Carroll ha asumido su rol secundario (¡gran arranque ayer!), Slaughter las atrapa todas y Darden (máquina total) y Begic se han ganado el derecho a seguir. ¿Y Tomic? No haberte ido al enemigo, chaval. El dinero no lo es todo. ¡CAMPEONES, OÉ, OÉ, OÉ!