Los beneficios de la pasión y la experiencia
Muchos son los argumentos que se pueden esgrimir cuando se analizan las razones de los excelentes resultados del motociclismo español. A menudo olvidamos un factor que, en mi opinión, resulta determinante y que no es otro que la labor de algunos expilotos que quisieron dar continuidad a su trayectoria deportiva participando, ya desde el otro lado del muro, en proyectos de jóvenes valores. Me refiero a nombres como los de Aspar, Sito Pons, Emilio Alzamora, Alberto Puig o Pablo Nieto, que ponen toda su experiencia, conocimiento y pasión al servicio de sus discípulos, con los resultados excepcionales que todos conocemos. Y no quiero olvidarme de Dani Amatriaín, que aunque ahora no siga con esta actividad, en su momento resultó esencial para la progresión de Jorge Lorenzo, ni tampoco de Ángel Nieto, pieza clave en el título mundial del propio Alzamora.
Todos ellos llevan la competición en las venas y han hecho de las carreras una forma de vida, incluso más allá de su actividad deportiva. Evidentemente que se ganan los garbanzos, y algunos muy bien, con ello pero creo que el motor que les impulsa es ante todo su amor por el motociclismo, la generosidad que provoca su confianza en un chaval en el que, en cierta medida, ellos mismos se ven reflejados. Creo que es de justicia reconocer su esfuerzo y dedicación, porque tengo el convencimiento de que sin su trabajo, su aportación y sabiduría, este camino hacia el triunfo habría resultado para muchos más largo o difícil. Fueron grandes en la pista y lo siguen siendo fuera de ella. Gracias por estar ahí…