Recife se encuentra plagada de carteles

El recibimiento de Recife a la Slección se aleja mucho del tópico. Nada de sol, cuerpos esculturales en la playa y maracatú por las noches. Pequeñas tormentas tropicales cada rato, cielo plomizo y la arena de Boa Viagem, desierta. Lo de la marcha nocturna, con la que está cayendo, mejor no averiguarlo. Eso sí, carteles, en cada esquina. La FIFAempapela cada sede con mensajes de recibimiento y orientaciones para no perderse a la hora de ir al Arena Pernambuco. Llegar, llegas bien, aunque lo que encuentres no sea el paraíso soñado en cuanto a accesos acabados. Al final consiguen que el logo de la competición se te clave en la retina.

Le sacamos más partido, por novedosos, a los otros carteles, los de la playa. Cada poco, señal de peligro por tiburones. Recomendaciones varias. Nada de bañarse con heridas que acaben dejando rastro de sangre. Evitar el chapuzón con joyas deslumbrantes que puedan atraer al animal. Uno se lo toma a broma pero, tras ver tanto anuncio, se lo piensa dos veces antes de poner el pie en la orilla. Eso siempre y cuando deje de llover. Recife será una historia corta para la Slección. De apenas cuatro días. Aquí no volvemos, pase lo que pase en la competición. Recordaremos la ciudad por ser donde Del Bosque volvió a cerrar otro debate: el de la portería.sFifas