Contra los recortes, sí se puede
El pánico tomó la FIFA cuando los jugadores de Nigeria se negaron a viajar a Brasil en protesta por el tijeretazo de las primas que habían pactado con la federación de su país. Sin previo aviso les recortaron el cincuenta por ciento de los premios. Y acto seguido se negaron a subirse al avión y enviaron a la Copa Confederaciones a su presidente con tres de sus directivos.
Al llegar a Río de Janeiro, Barry Rukoro, el federativo nigeriano, le explicó a la FIFA que el problema se solucionaba con cien mil dólares, más o menos. Después apareció el Número 2 de Blatter, Jerome Valcke, y dio el asunto por resuelto y la presencia de Nigeria en la Confecup. Parece que los africanos llegaran a Brasil mañana, sábado. Pero otras fuentes insisten en que no viajarán hasta que no tengan el dinero que se les debe en sus cuentas corrientes. La FIFA tiene ahora dos opciones: ayudar a la Federación de Nigeria a pagar sus deudas, y pelillos a la mar, o llamar al subcampeón de África, Burkisa Faso, y castigar a Nigeria sin Mundial. Seguramente hará lo primero.