"Una forma de ser y de creer en uno mismo"
Freddie Spencer fue uno de mis grandes ídolos deportivos de adolescencia. Todavía guardo una foto mía con quince o dieciséis años muy cerquita de ‘Fast’ Freddie en el circuito del Jarama, mirándole con cara de embobado mientras esperaba a que me firmara un autógrafo. Cosas de chavales… pero sobre todo secuelas de una pasión. A algunos el estadounidense les parecía un piloto frío, poco carismático, demasiado calculador. Puede que fuera así, sobre todo comparado con ese huracán yankee que muchos tenían en el recuerdo, el irrepetible Kenny Roberts. Sin embargo, yo veía en Spencer a un tipo inteligente, fino como pocos, impecable en la pista y siempre en el lugar preciso en el momento justo. Vamos, un crack sin tantos alardes ni alharacas…
Por eso me ha hecho mucha ilusión el encuentro entre Spencer y el último de mis grandes héroes, Marc Márquez. Un evento publicitario ha reunido a quien fuera un prodigio de precocidad en la clase reina (500cc en su época) con quien puede serlo. Pasado y futuro de un deporte que sigo pensando Freddie supo entender como pocos, hasta que una inoportuna dolencia en sus antebrazos (la famosa tendinitis que hoy no tiene trascendencia pero que entonces acababa con campeones) puso fin a su carrera deportiva. Incluso con el paso del tiempo, ‘Fast’ sigue convenciéndome con sus argumentos. Porque no encuentro una definición mejor para el fenómeno Márquez que la que él mismo ha hecho después de conocerle y tras haber seguido su evolución: “Correr al nivel más alto es una cuestión de confianza. No se trata sólo de la competición, sino también de la forma de ser y de creer en uno mismo. Esta confianza puedo verla en su forma de pilotar”. Habla Spencer. Ni una coma que añadir…