Un regalo de cumpleaños inolvidable

Tuve la enorme fortuna de presenciar la carrera de Montmeló 09 de MotoGP a pie de pista y, pasados los años, sigo considerando aquella experiencia como un regalo de cumpleaños inolvidable. Pasé allí un día tan especial, teniendo desde mi posición visión directa del final de recta y de la curva Seat, siguiendo lo que sucedía en el resto del trazado catalán por una de las pantallas gigantes próximas al asfalto. La carrera fue emocionante de principio a fin, pero las últimas cinco vueltas resultaron de infarto...

Yo respeto mucho a Lorenzo, Pedrosa y Márquez, pero soy un gran admirador de Rossi y sentía que necesitaba batir al héroe emergente en su casa, porque Lorenzo le estaba empezando a ganar terreno en Yamaha. Y lo hizo de manera increíble, con un adelantamiento de última curva sin ninguna polémica y cuando Jorge no se lo esperaba, porque no se imaginaba que pudiera pasarle ahí. Sentí que todo el circuito saltó y celebró aquella pasada como si fuera el gol de nuestras vidas. Fue un adelantamiento que se convirtió en un suceso y de los que se recuerda para siempre. El Doctor ya había hecho entonces el del 'Sacacorchos' a Stoner por la tierra y, por acciones como aquéllas, es por lo que Rossi sigue siendo amado aunque no se acerque estos días a sus mejores resultados.