En Sabbath hacia Tierra Santa
Pocas horas después de que España la Grande nos mantuviese en vela delante del ordenador hasta las cinco de la mañana (de Israel) con ese fútbol que hechiza y que algún día echaremos de menos, los chicos de la Sub-21 le hicieron una fotocopia en Petah Tikva al partido de La Roja en Nueva York con una exhibición de toque que abrumó a Holanda. Un festival que deja a España líder de grupo, con la asignatura del gol también aprobada y con un portero que se hace gigante. Acostumbrado a esas batallas con el United, De Gea, que ya anuncia su llegada al Mundial a voces, hace sentir a la selección prácticamente intocable.
El gris estreno en Jerusalén ante Rusia se ha borrado con dos actuaciones convincentes que afirman la seguridad en el estilo. España se soltó y a los goles de Morata, pura rutina ya, añadió ante Holanda un profundo dominio del partido de Thiago, la magia de Isco y gotitas de Sarabia, que jugó con clarividencia, lo más difícil de este juego. Lopetegui, bien en el manejo de grupo y rápido en las decisiones de partido, ya ha hecho jugar a todos y, además, los ha hecho jugar cada vez mejor. Salta la vista que España se ha soltado justo en vísperas de las semifinales a las que acudirá, cosas de UEFA, como selección con menos descanso pese a ser primera de grupo. Viendo a los jugadores, sin embargo, subiendo al autobús rumbo de vuelta a la maravillosa playa de Herzliya, sólo hay motivos para creer que en el sabbath caminaremos a la final del Teddy Stadium: Tierra Santa.