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La Voz. Frank Sinatra siempre estuvo relacionado con el mito escénico de la Gran Manzana. Recuerdo que en 1991 escuché por primera vez en un pub de Greenwich Village, en el corazón de Nueva York, la versión del legendario tema del cantante de Nueva Jersey. Su letra puede ajustarse perfectamente al estilo impuesto por España en estos años de hegemonía, títulos y posesión infernal: “He perdido, he ganado, he llorado, he reído, hoy sé que he vivido. Y ahora, el final está aquí. Y entonces enfrento el telón final. Mi amigo, lo diré sin rodeos. Hablaré de mi caso, del cual estoy seguro. He vivido una vida plena, viajé por todos y cada uno de los caminos. Y más, mucho más que esto. Lo hice a mi manera. Arrepentimientos he tenido unos pocos. Pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos. Hice lo que debía hacer y lo hice sin exenciones. Planeé cada programa de acción, cada paso cuidadoso a lo largo del camino. Lo hice a mi manera. Sí, hubo oportunidades. Estoy seguro que lo sabían cuando mordí más de lo que podía masticar. Pero al final, cuando hubo duda, me lo tragué todo y luego lo dije sin miedo. Lo enfrenté todo y estuve orgulloso. Y lo hice a mi manera...”. Así es el equipo del maestro Del Bosque. Lo tomas o lo dejas (yo lo tomo).

Posesión fanática. Irlanda, o Eire o República de Irlanda, no ha cambiado tampoco con el paso de los años. En el partido 1.376 en el banquillo del zorro plateado, Trapattoni, los ‘verdes’ se atrincheraron en torno a Forde, el portero del Millwall, como si fuese Fort Álamo. Diez tipos creando un cerco en la frontal del área como si fuese balonmano, y una red de mariscadores buscando el percebe pegado a la roca. Pero no había manera de encontrar un hueco, un resquicio, una debilidad humana... Y cuando Pedro o Villa veían la luz, allá aparecía el tal Forde para apagar la bombilla.

New York, New York... Volvamos a Sinatra (en realidad llamado Francis Albert), que nos ofreció de madrugada más emociones que el del bolo del Yankee Stadium. La canción con ese título nos rescata el mito de Nueva York, la ciudad número 186 en la que jugó por primera vez un partido nuestra amada España. Desde 1920, es la primera vez que La Roja actuaba allí. No fue un debut para presumir. Después de 93 años, los españoles merecían un espectáculo que sólo llegó al final...

Casillas 145. Salimos del sopor cuando Iker saltó al campo en el minuto 59. Ovación sonora y emotiva de la hinchada neoyorquina. Nuestro gran capitán es un referente a este lado del charco. Respondió al cariño del pueblo con una doble parada antológica antes del gol bien anulado a los irlandeses. Crack.

Soldadito español. Soldado debe ser nuestro nueve ante Uruguay en el arranque de la Confecup. Gol reivindicativo del valenciano. Marcó a su manera...