No tengo datos determinantes que me permitan adivinar si Pirelli continuará siendo el proveedor único de neumáticos de la Fórmula 1 a partir de 2014. Sin embargo, los indicios me llevan a pensar que el tiempo de la empresa italiana toca a su fin. Han hecho un excelente trabajo, en mi opinión, durante los últimos años pero su distanciamiento con algunos de los actores principales del Mundial puede ser un pesado lastre para la continuidad. Mantienen un conflicto con la FIA, han cuestionado seriamente las quejas de Vettel y Red Bull, también a Lotus por su negativa a un cambio en los neumáticos 2013, con unas carencias que están afectando inevitablemente a su imagen… En fin, demasiados frentes abiertos que deberían resolver antes de su renovación, que ya digo que tampoco puedo descartar en estos momentos.

Pero si la ruptura se consuma (el propio Paul Hembery, su director de competición, ha llegado a insinuar que hay quien no quiere ya ha Pirelli en la F-1), Michelin está al quite, con su prestigio, tecnología y tradición. Si las circunstancias son las propicias, el fabricante francés se encuentra en disposición de regresar y con todas las garantías posibles. Así lo confirma, en una interesante entrevista en AS, Marc Gené, el hombre que quizá mejor conoce en estos momentos la conexión entre los grandes premios y las 24 Horas de Le Mans. Porque Michelin cree que sus neumáticos para las pruebas de resistencias son un excelente punto de partida para el desarrollo los correspondientes de F-1. El catalán habla de un compuesto capaz de cubrir una carrera completa siendo tan eficaz al final como al principio. ¿Imaginan? Visto así se abren, desde luego, un abanico de apasionantes posibilidades para la competición.