La final viene caliente

Aquellas palizas del Barcelona al Madrid en las que todas las temporadas le ganaba al menos por veinte puntos se han acabado. Ahora el Madrid no sólo le planta cara, sino que hasta le suele ganar. Últimamente se repite que el Madrid comienza fortísimo, el Barcelona le remonta y al final lo que acaba decidiendo son las acciones individuales de Sergio Rodríguez y de Llull, preferentemente, más algún rebote de Reyes que acaba siendo determinante. Mirotic se diluye en este tipo de partidos y Rudy no acaba de ser el jugador determinante que se espera. Eso sí, calienta el partido como pocos. La dureza de Tomic le ayudó, pero sus pellizcos de monja cada vez que suelta los codos tampoco ayudan a que el juego discurra con normalidad.

Al final la tensión explotó, y una acción en la que Sada perdió realmente el balón, provocó que sus compañeros creyeran que tenía razón y casi arman la de San Quintín. Lo que suceda mañana en el segundo partido no lo sé, pero sea cual sea el resultado, lo que es seguro es que el viernes habrá tercer partido en el Palau, y es fácil de imaginar el ambiente que allí espera. Se ha creado el caldo de cultivo para que el Barcelona sea recibido como víctima. Antes, en el partido de mañana, la afición no habrá olvidado la fea actitud de los jugadores azulgrana, quienes reaccionaron con un arrebato desmedido. La jugada les suponía la derrota, y la reacción que tuvieron fue de malos perdedores. Todo sirva para que la final siga caliente.