Morata quiere ser Torres
El jueves, después de su primer día como héroe, pasamos un rato con Morata. Nos contó alguna confidencia, como que en el Madrid no había jugado en el sitio que más le gustaría, pero que no se quejaba. También que su padre viajaba a Israel con la fe de verlo el fin de semana aunque él no tenía la certeza de salir. Pareció un chaval sensato con ganas de no dar el segundo paso antes del primero. Bastante bien aconsejado. Finalmente, nos dijo que Casillas y Albiol siempre le insisten en su parecido con Morientes, pero que a él siempre le ha gustado mucho Torres. A mí, en esa carrera fantástica en el minuto 87, también se me hizo muy parecido a aquel primer exuberante Torres.
Así volvió a ganar España, con la estrella de este chico, que así nacen a veces de pronto los jugadores importantes. Una España que fue más que en el estreno, con Koke dándole vueltas al cuentakilómetros. Con él hubo más equilibrio y menos riesgo en las licencias que se toma Thiago, brillante pero bohemio. En Netanya no apretaba el calor, pero Alemania acabó asfixiada. La maquinita de Lopetegui, al fin, se puso en marcha. Con un jugador grande, Isco, al que es una delicia disfrutar. Y con esa aparición de Morata, tocado por los dioses. Viento en popa a semifinales.