El otro ciclismo: el de los niños
La Vuelta tiene otra Vuelta: la Vuelta Júnior. No confundamos. No se trata de una carrera para ciclistas júniors, sino del mejor invento que pueda tener el ciclismo en general y la Vuelta en particular. Pone a disposición de los niños toda la parafernalia de la carrera -Guardia Civil, coche de dirección, locutor, cinta de meta, podio, azafatas, fotos, etc- para que recorran el último kilómetro de las etapas llanas de la Vuelta. La selección se hace a través de las aulas ciclistas que dan en los colegios quienes fueron corredores. Cuando éstos llegan y empiezan a sacar del camión las bicis y los cascos, hay que ver la cara de ilusión que se les pone a todos los niños, cuenta Pipe Gómez, presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales.
El ciclismo, tan denostado a causa del dopaje, se regenera de esta manera entre los niños. Éstos encuentran en la bicicleta un elemento que les proporciona libertad y que se ha integrado de forma natural en sus juegos y actividades. Por eso los niños se encuentran receptivos a cuanto suene a bicicleta. En la Vuelta Júnior tienen la oportunidad de conocer el ciclismo de los mayores, de vivir un sueño y de sentirse campeones cuando les llega el día de salir en la Vuelta. No hay mejor manera de promocionar un mundo que los niños ya conocen, pero al que quizá no se acercan. Ya que en la última encuesta sobre los hábitos deportivos de los españoles aparece que en las casas hay más bicicletas que balones de fútbol, es cuestión de sembrar en tan ingente cantera.