El primer homenaje de muchos
Para un madridista de bien, imaginar a Raúl corriendo por la sagrada hierba del Bernabéu este verano se convierte en un paraíso para los sentidos. Encima iría de blanco (así viste el Al-Sadd) y lograría que el Trofeo Bernabéu esté a la altura de la grandeza del mítico presidente al que da nombre. Raúl sigue presente en las oraciones de millones de vikingos. Cuando hay momentos de confusión y de duda, como ocurre hoy día, piensas en Raúl y te brota el orgullo de la camiseta y del escudo. Raúl es el Madrid aunque algunos quieran mirar para otro lado. Su despedida en un Bernabéu vacío hace tres años fue dolorosa y frustrante. Una leyenda no puede irse en medio de un terrible silencio...
Pero más vale tarde que nunca. El club ha entendido que se equivocó en su día al condicionar el homenaje al eterno capitán ("Roncero no seas pesado, se le hará cuando deje el fútbol en activo"), dado que el Schalke va camino de los dos homenajes y nosotros aquí con cara de póker. Raúl debió irse del Madrid como lo hará Giggs en el United, o como lo hizo Gento (toda una vida de blanco). Pero como la afición sabe que algún día volverá a lo grande, empecemos por el Trofeo Bernabéu. El primer homenaje de muchos más...