Antídoto a Neymar y algo más

Y además, educado. Me refiero a Gareth Bale, única esperanza del Real Madrid para compensar el 'efecto Neymar'. El muchacho (23 años) no forzará su traspaso, ni se declarará en rebeldía. No es así como los quiere Florentino, pero sí es así como los sueña el madridismo: tipos con el pelo bien cortado, yernos ideales y, de paso, futbolistas extraordinarios.

Juntar a Cristiano y Bale en el mismo equipo (ni les cuento si también se ficha a Cavani, otro Apolo) significaría establecer, de inicio, una superioridad física abrumadora. Ni siquiera el Bayern, forzudo por definición, partiría con esa ventaja. No existiría en el mundo (ni haya existido probablemente en la historia) una concentración similar de talento y músculo.

Bale no es sólo el antídoto a Neymar. Su juego encaja con la fisonomía del actual Real Madrid, un equipo contrapuesto física y químicamente al Barcelona. Responder con Bale es doblar la apuesta, desafiar al mismo tiempo al Barça y a la International Board: o alargan los campos o estos tipos, un día, correrán la banda y se saldrán del estadio.