Sergio Pérez, una réplica de Gilles

Hace treinta años, Keke Rosberg venció el GP de Mónaco. Fue la segunda victoria de su carrera y lo hizo después de ganar el título de 1982 con un único triunfo. Hoy en día sigue siendo un extraño récord. Tres décadas después, su hijo Nico ha ganado también en el Principado la que curiosamente es su segunda victoria, como le sucedió a su padre. La carrera de Nico ha sido perfecta de principio a fin, sin un error. Lo mismo podemos decir de su Mercedes, que aunque estén señalados por esas pruebas en Montmeló, la mejora que ha tenido ha sido extraordinaria. De comparsas han pasado a candidatos al título. Seis puestos más atrás aparece el primer Ferrari. Tocaba pares... y desastre. Y esta vez el culpable no ha sido el equipo, quien ha fallado ha sido Alonso.

En los grandes premios impares el asturiano ha sumado 68 puntos, y en los pares 10. Buena noticia de cara al próximo de Canadá, pero malísima para alguien que quiere disputar el título. El tercer protagonista de la jornada ha sido Sergio Pérez. El mexicano tiene un talento increíble, parece una réplica de Gilles Villenueve. Los adelantamientos a Button y Alonso son de Oscar de Hollywood. ¿Peligrosos? Adelantar en este circuito siempre es complicado. ¿Y el de Raikkonen? El finlandés no cedió y se tocaron, algo normal en Montecarlo. ¿Idiota, Pérez? Creo que el que ha demostrado serlo ha sido el de Lotus, por decirlo y por complicarse el Mundial por un calentón absurdo. Por cierto, imagino que será sancionado, como sucedería en cualquier otro deporte.