El Giro de los recortes

La imagen de Vincenzo Nibali al cruzar en solitario y bajo una tremenda nevada la meta de las Tres Cimas de Lavaredo describe perfectamente el Giro de Italia 2013. Nos transmite, por un lado, la superioridad y la solvencia del hombre más fuerte de la carrera. Y nos recuerda, por otro, hasta qué punto el mal tiempo ha marcado el destino de la primera grande del año.


La anulación del etapón del viernes, unida a los recortes y retoques de otras jornadas, podía poner en entredicho la credibilidad de la victoria del 'Tiburón del Estrecho'. Quizá por eso, Nibali no quiso dejar ninguna duda por el camino y pasó a la ofensiva en una subida que nos trae a la memoria nombres como los de 'Tarangu' Fuente o Eddy Merckx. El siciliano no necesitaba atacar, pero quiso demostrar quién era el jefe. Y vaya si lo demostró...




Nunca podremos saber qué hubiera pasado con un Giro sin castrar. Con Stelvio, con Gavia, con Val Martello, con Sestriere, con San Pellegrini, con Giau... Y con Brad Wiggins. Porque resulta que el británico, ganador del último Tour de Francia (conviene no olvidarlo), también fue víctima de las inclemencias antes de marcharse a casa con una infección pulmonar. Todo ello aderezado con una huelga de piernas caídas en Monte Cenis. Por lo que hemos podido comprobar, Nibali hubiera seguido siendo el más fuerte... Pero nunca lo sabremos.


Las últimas imágenes de las Tres Cimas de Lavaredo, sin duda épicas, no pueden eclipsar la cruda realidad. El Giro 2013 nos ha dejado a medias. Por supuesto que hay varias cosas reseñables, como la reconfirmación del ciclismo colombiano: con Urán, segundo, y con Betancur, quinto. O la consolidación de Beñat Inxausti: ganador de una etapa, un día maglia rosa y octavo en la general. No culpo a nadie pero, a grandes rasgos, a mí este Giro no me ha enganchado. Más bien, todo lo contrario: en algunas fases, hasta me he aburrido.

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