Modric se fue antes de tiempo
El Madrid ha acabado en manos de Modric, lo que habla tan bien de la rehabilitación anímica y física del croata como mal de un equipo que ha ido perdiendo peones con el paso del curso, de Arbeloa a Di María pasando por Pepe, Marcelo, a ratos largos Benzema e Higuaín y en la recta final hasta Özil. Demasiadas piezas venidas a menos a la hora de la verdad. Por momentos la cosa quedó en Cristiano contra el mundo, aunque ayer, en una de las versiones menos poderosas del portugués, intentara arrimar el hombro Modric, única nota de orden en un partido sin control, en el que la intensidad se tragó de la peor manera posible la precisión, la fluidez, el toque y el espectáculo. A ese terreno, el de Diego Costa, llevó inteligentemente el duelo el Atlético, al que el cuerpo a cuerpo le ayudó a disimular la inferioridad de su plantilla hasta reducirla a cero.
Pero Modric no fue suficiente y menos cuando el partido se marchó a 120 minutos. Mourinho no le vio nunca como un futbolista resistente, de grandes esfuerzos, y le quitó cuando creyó que se quedaba sin piernas, antes de la prórroga. Una decisión precipitada que no llevó al Madrid a nada bueno. Su salida le dejó sin cabeza en el retorno y el partido lo manejó el Atlético en esos ocho primeros minutos de la prórroga que decidieron la suerte del mismo. Pero se abre un buen horizonte ante Modric tras un año tormentoso del grupo. Este verano tendrá pretemporada y el sosiego que le faltó durante el tira y afloja Madrid-Tottenham del pasado verano. También la confianza de la grada para conducir el equipo, porque hará más falta como mediocentro que como mediapunta, y un nuevo técnico con que todos empezarán de cero. El tiempo está de su parte.