Catorce años no es nada
Y el 17 de mayo de 2013, el Pupas, el maldito Pupas, murió en el Bernabéu. Le dejaron agonizante los tres tiros al palo y lo remataron los dos thiboutings antológicos de san Courtois. Pero en realidad fue Fuenteovejuna. La aparición salvadora de Falcao, indispensable para levantar al Atleti de la lona y asistir a Diego Costa. El fabuloso despliegue del brasileño: sólo fútbol, mucho fútbol. La exhibición de Arda, al que se le pedía un partido grande y regaló uno enorme. La impecable noche de Miranda, rematada con un gol para la historia. El milagro de Juanfran, la constancia de Filipe, la pierna de Koke, el plan del Cholo, la fe de todos.
La fe. No era fácil mantenerla, un gol en contra y catorce años de frustración a cuestas. Catorce años que son hoy un suspiro, borrados de un plumazo por un triunfo de esos que el tiempo no difumina. Jamás. Adiós, Pupas, cuánto daño hiciste. El Atleti ha vuelto porque ha recordado quién es, quién fue siempre: un grande, una leyenda.