Los ciclistas se han vuelto humanos
Hesjedal, Wiggins y Contador fueron los ganadores de las tres grandes el año pasado. Hesjedal, del Giro; Wiggins, del Tour; Contador, de la Vuelta. Ahora, los tres no parecen atravesar sus mejores momentos. Como si los ciclistas se hubieran vuelto humanos, porque venimos de un ciclismo en el que los líderes no fallaban. Hesjedal y Wiggins se retiraron ayer en el Giro. Uno, por una infección pulmonar; otro, por un virus. En cuanto a Contador, apenas se tienen noticias. Está compitiendo, pero lejos de las posiciones a las que nos tenía acostumbrados. Es por ello que sus resultados son conocidos por los entendidos, pero no trascienden a los aficionados. Otros años, en cambio, a estas alturas de la temporada su popularidad ya era enorme.
No hay más que recordar su inicio de temporada en 2010, antes de que cayera en desgracia. A estas alturas había ganado la Vuelta al Algarve, la París-Niza y la Vuelta a Castilla y León. Este año sólo registra una victoria. Fue de etapa, y en el modesto Tour de San Luis, en Argentina. Después hizo el Tour de Omán, la Tirreno-Adriático, el GP Nobili Rubinetterie, la Vuelta al País Vasco, la Clásica de Amorebieta, la Flecha Valona y la Lieja-Bastoña-Lieja. Su actual rendimiento no puede ser cuestión de edad, porque con 30 años es el ciclista más joven ganador de una grande en los dos últimos años. Si es por un cambio en la planificación de la temporada, démoslo por bueno. El Tour le espera. Contra quién será, ya veremos. El ciclismo se ha vuelto imprevisible.