La revancha del muro belga. Courtois quiere doctorarse. Ha sido el portero menos goleado esta temporada por méritos propios y sabe que con los blancos tiene la asignatura pendiente del año pasado con un penalti absurdo y un error en una falta que no se le olvidan. Courtois rendirá pleitesía a su modelo, Iker Casillas, y quiere salir coronado como el mejor portero del mundo. El derbi es la asignatura pendiente de un especialista, ayudado por sus defensas, en dejar sus dominios sin encajar ni un gol.
Ni Di Stéfano nos asustó. Sabemos que Cristiano es un tormento, pero si los colchoneros ya enseñamos nuestras virtudes ante la máquina que dirigía Di Stéfano, que pese a sus dos Copas de Europa mordió el polvo en su estadio en nuestras dos primeras Copas, mucho menos vamos a temblar ante el gran delantero portugués. Simeone ha sido claro en su mensaje: jugar con osadía e imponiendo el estilo que ante el Chelsea alcanzó su máximo esplendor. Prohibido mirar el escudo enemigo y jugar en función del rival.
Las finales se ganan. Simeone no esconde sus cartas. Ha anunciado el once y cómo jugarán. Control de pelota y velocidad, salpicados con sorpresas en la estrategia. La presión es para vosotros, Tomás, y las ideas claras. Imponer el dibujo propio, presión adelantada y no encerrarse en nuestro área. El Cholismo sabe que las finales no se juegan, se ganan, y tanto Chelsea como Athletic ya conocen cómo se las gasta el argentino a la hora de la verdad.
Mañana, a Neptuno. La ilusión rebosa en todos los rojiblancos y ya apuntamos en nuestra agenda que mañana nos vemos en Neptuno. Sería el quinto homenaje que nos diéramos en cuatro años y la pobre Cibeles puede seguir estando mustia y abandonada. La invitaremos a bailar un chotis. Por ilusión, el éxito está garantizado y lo que es seguro es que, si vienen mal dadas, será cuando seamos más fieles a nuestros colores y creencias. La Copa es la matrícula, pero con entrar en la Champions los deberes se han hecho con notable. No obstante, somos ambiciosos y queremos más. Mucho más.
