Pirelli consuma el despropósito

Pirelli ha confirmado que modificará su gama de neumáticos para este Mundial de Fórmula 1 y me parece un auténtico despropósito, impropio de una empresa de su prestigio y tradición en la competición. Su decisión de cambiar las reglas de juego en pleno partido no admite justificación alguna, por mucho que se la estén intentando buscar con el objetivo de disimular la verdadera razón de semejante disparate: que al poderoso equipo Red Bull no le satisface en absoluto que su coches sean menos eficientes con estos compuestos que los de algunos de sus rivales directos, principalmente Ferrari pero también Lotus. Además, la concesión se ha perpetrado con premeditación y alevosía, porque nos han ido haciendo creer que era inevitable poco a poco, como queriendo que no nos diéramos cuenta de lo que estaba ocurriendo.

El único argumento para realizar este cambio de neumáticos sería la seguridad, un extremo que el propio proveedor descarta tajantemente al garantizar que no existe riesgo alguno por el deterioro exagerado que pueden sufrir determinadas cubiertas montadas en determinados coches y en determinadas circunstancias. Es decir, todo relativo porque a algunos parecen irles muy bien con los compuestos actuales, básicamente porque han tenido más acierto que otros a la hora de entender un producto que ya se les presentó durante la pretemporada y sobre el que todos tuvieron las mismas oportunidades de trabajar. Si el desastre de los Pirelli fuera clamoroso y mayúsculo entendería que se realizaran modificaciones, pero con una condición ineludible: el beneplácito por unanimidad de todos los equipos, sin una sola excepción. No es el caso y esto deja un tufillo a amaño de lo más desagradable…