Amigos y residentes en el Madrid

Amigos y residentes en el Madrid

Les puedo asegurar que en la imagen que preside esta página hay hipocresía cero. Existe una infundada leyenda urbana que históricamente ha tendido a exagerar el poder de los diferentes vestuarios del Madrid, que presuntamente devoran entrenadores, imponen alineaciones y marcan pautas de comportamiento que el club debe obedecer sin rechistar. Cuando rascas y conoces un poco a los chavales, ves que cometen errores propios de su edad. Pero sólo buscan ser buenos profesionales y compaginar su bienestar social y económico con el disfrute de la vida y de su auténtica pasión: el fútbol.

Volvamos a la imagen. Hace dos años se decía que portugueses y españoles no se hablaban, que no se aguantaban, que los primeros hacían la pelota a Mourinho y despreciaban a los héroes de La Roja... Pamplinas. Cristiano, que ejerce una capitanía moral por su compromiso creciente con la afición y sus compañeros, está en el eje de una mesa en la que veo muchas sonrisas y ni un amago de lágrimas. Iker asume su suplencia con buen talante y no duden que animará desde el banquillo como el primero. Pepe, castigado por Mou, se refugia en sus amigos-compañeros para venirse arriba. Coentrao disfruta de su titularidad bien ganada en el terreno de juego y ha borrado el mal recuerdo de su bronca con el míster en la cuesta de enero. Higuaín es tan vikingo que juegue o no, sueña con levantar la Copa como sea. Y Ramos es la furia y el fuego de este equipo campeón. Son amigos. Y residentes en 'el' Madrid.

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