Rooney pidió irse del United cuando supo que Ferguson no le quería

Divorcio. Resulta que Alex Ferguson estaba pensando en desprenderse de Rooney. Le quería para ganar la liga y luego para hacer eso que siempre hizo: vender a una de sus estrellas justo antes de empeorar, como cada dos o tres años. Para mantener la tensión competitiva, para evitar que con su pérdida de forma se perdiera también su valor. A Ferguson le ha ido decepcionando el jugador inglés por su tendencia a engordar y, peor todavía, a olvidarse de sus obligaciones tácticas especialmente en grandes partidos. Como las finales de Champions contra el Barcelona donde debía hacer un seguimiento de Xavi que no tuvo la intensidad necesaria. Rooney, sabiendo que el entrenador no le quería, lleva un tiempo preparándose para lo peor. Fue ofrecido al Barcelona y al Real Madrid, pero ambos rechazaron la propuesta. Ha debido arreglar algo con algún club (se habla del Chelsea o el PSG) para atreverse a pedir oficialmente un traspaso. Ferguson dice que no va a aceptar su petición. Pero sólo es una manera de pasar el bulto a David Moyes, el próximo inquilino del banquillo de Old Trafford.

Experiencia. Por cierto, la prensa y la opinión pública han reconocido mayormente que la elección de Moyes para sustituir a Ferguson es acertada y lógica. Es una decisión del propio escocés, así que su aprobación ha facilitado la transición. Aunque Moyes lleva once años en el Everton y está hecho del mismo material humano que Ferguson (escocés, humilde, trabajador, muy británico en sus planteamientos) no ha ganado un solo título. Sin embargo, se dice que Pellegrini podría ser un riesgo para el Manchester City por su falta de experiencia en la Premier. A veces parece que en el Reino Unido se creen que el fútbol fuera se juega con tres pelotas y a la pata coja, y de ahí la dificultad de una adaptación que no han padecido Laudrup, Pochettino, Mancini, Benítez...

Lampard. Mourinho ya tiene el primer problema en el Chelsea. Aunque todo el mundo da por hecho que aterrizará en Stamford Bridge tan pronto como pueda, no queda claro el futuro de uno de sus exlugartenientes, Frank Lampard. José le quiere en el club y Abramovich, no. Veremos quién gana el primer asalto. Un dato curioso: gente que aprecia al portugués insiste que su regreso a Londres es una decisión emocional y no lógica (lo consecuente con su carrera hubiera sido irse al PSG) y que por ello no tienen claro si la cosa va a ir muy bien.