La lógica y el corazón
El Racing no está solo. Lo intuía pero lo confirmé ante el Castilla. Emociona ver a tanto creyente fuera de la tierruca. Nadie por la capital quiere que baje y pocos creen que lo vaya a hacer. ¿Cómo es posible tanto cariño? Sobran los motivos. Unos, por respeto a su historia. Otros, por el calvario de su gente. Y la mayoría, por seguir visitando una región sin igual con su equipo en la élite. El empuje conmueve, a pesar de que antes me recitaban el once de la UEFA y ahora pregunten por qué juega Quini donde Zigic y quién es Koné.
El domingo, día de la resurrección, se cantó en AS el gol de Ferreiro como uno de Cristiano. Y, además, recibí varios mensajes desde La Mancha contagiando fe. Los más numerosos aseguraban que el calendario es idóneo. “No se jugarán nada”. Y los más sesudos hablaban de asegurar el 19º puesto por si la justicia desciende a otros. Tras el 1-0, un superior meditó hacerme escribir. Y si no me lo pidió fue porque tengo un primo pichichi en el Murcia, un rival directo. No quería comprometerme. Lo que no sabía es que prefiero que libre el Racing. Una cosa es lo que pide la lógica y otra lo que dicta el corazón.