Sí, el Madrid es favorito
Preocupación sin miedo. El favorito para la final tiene que ser el Real Madrid, tan favorito como para poder y saber gestionar esa condición sin permitir que se convierta en perjuicio. Este es un equipo que fusionó el fenómeno de los galácticos con la españolización del equipo. Encontró galácticos con pasaporte rojo y mejoró el nivel del equipo preocupado por el juego y el estilo. En teoría esta creación de Laso cuenta con remedios más o menos naturales para cualquier patología que pudiera ocasionarle el enemigo griego. Un rival que puede copar tus preocupaciones pero no hasta el punto de generarte miedo. Ni falta que le hace ni lo pretende, porque está encantado neutralizando las virtudes del contrario. El rival es el vigente campeón, llega tras arrasar al ogro CSKA y cumple presencia en su cuarta Final Four en cinco años, afrontando su tercera final en este periodo. Sin embargo, es un club sorprendido a sí mismo con el éxito de los recortes y el triunfo de la austeridad. Un equipo con un referente en la resolución y en la creación como Spanoulis y un grupo de especialistas de alta fiabilidad que maneja un presupuesto muy inferior a los del Real Madrid y del Barcelona y ni siquiera alcanza el 50% de la lujosa partida económica del poderoso CSKA.
¿Qué Madrid puede aparecer? No parece probable que salgan dos partidos consecutivos poco lúcidos y lucidos de Rudy Fernández, Mirotic y Carroll. En la semifinal suplieron su falta de acierto o protagonismo ofensivo con defensa y contribuciones menos tangibles. Rudy distribuyó, Carroll reboteó y Mirotic amenazó y distrajo. El Madrid debe resolver los minutos de ausencia de Sergio Rodríguez contra una defensa concienzuda. No basta con favorecer la circulación del balón, jugadores como Llull o Rudy deben invadir la pintura y lograr ventajas antes de dividir la defensa y doblar el balón. En el primer cuarto contra el Barça el Madrid sumó una asistencia y cuatro pérdidas. En el segundo acumuló siete pases de canasta (seis de Sergio Rodríguez) y no perdió ni un solo balón. También el equipo blanco debe preocuparse de atacar individualmente a Vasilis Spanoulis cuando éste defienda, al menos no permitirle que pueda ayudar a la defensa de otros compañeros.
Las grietas del Olympiacos. Repasando las derrotas del Olympiacos de este año en Europa casi todas dejan denominadores comunes: Es un equipo irregular en los triples, selecciona bien pero pasan por días donde la precisión en el tiro de larga distancia les abandona. En determinadas circunstancias les cuesta mantener el pulso reboteador (valga el ejemplo de sus problemas contra el Efes y su pívot Semih Erden) y en otras ocasiones se desangran con innumerables balones perdidos, especialmente cuando la defensa rival obstaculiza en grupo y con inteligencia a Spanoulis. Llull y Sergio Rodríguez deben contrarrestar la defensa de Acie Law con velocidad y alta reacción. Atrás, el perímetro tendrá que mantenerse hasta el final en la defensa sin confiarse a las ayudas, especialmente cuando Pero Antic saca a tus pívots a la línea de tres puntos.