Falcao le dejó bien claro a los dirigentes del Atlético de Madrid que sólo se iría por dinero a otro club. Tal como suena. Razonaba que su siguiente contrato sería el último que firmaría como futbolista profesional, con lo que sólo se movería si mejoraban considerablemente sus ingresos. De lo contrario continuaría feliz en el Atlético y de paso apostillaba que no se iría al Real Madrid. La primera de las condiciones podría cumplirse con la mastodóntica oferta del Mónaco al delantero colombiano. La segunda no tanto si resulta que el contrato incluye una cláusula que le abriría su regreso a España y a la capital, pero al Real Madrid si éste se interesara por él.

A Cerezo le da la risa cuando le preguntan por esta oferta y dice que la aparición del Principado monegasco amplía nuestros conocimientos en geografía después de colocar al colombiano en Manchester y en Londres. Lo cierto es que Falcao se está marchando del Atlético desde que llegó hace dos temporadas. Y esto sí que irrita a los seguidores rojiblancos, hartos de que en su club no puedan estar los mejores futbolistas. Para su desencanto esta vez parece que va en serio. Falcao quería más dinero. El nuevo Mónaco se lo ofrece por arrobas.