Adiós Décima, adiós Mou

Adiós Décima, adiós Mou

Final triste para una noche inolvidable. Se puede caer eliminado de muchas formar pero puestos a elegir, que sea como ayer. En juego estaba la ansiada Décima, pero también un ciclo que se inició hace tres años y que ha estado plagado de luces y sombras. Cuando no llegaba el gol, y también cuando nos comíamos las uñas en los minutos finales con la épica remontada, todos mirábamos de reojo al banquillo merengue. Si el adiós de Mourinho estaba escrito, y al parecer rubricado, antes de iniciarse la semifinal, la forma de escenificarlo será bien distinta tras lo ocurrido la pasada noche en el Bernabéu. Ahora, pese a quedar la final de la Copa del Rey, todos quedan liberados para planificar la próxima temporada. Incluso se descarta un cambio de opinión, aunque lo cierto es que conociendo a Mourinho, era impensable que reconsiderara su postura, incluso con la Copa de Europa en las manos.

Desconozco si con el ansiado trofeo al menos se habrían curado en parte las heridas que quedan en el vestuario madridista. El entrenador portugués se caracteriza por dejar tierra quemada. Véase lo que ocurrió con el Chelsea y ahora con el Inter de Milán. Sea por el tremendo esfuerzo que pide a su plantilla, sea por esa teoría tan particular de conmigo o contra mí, lo cierto es que sus antiguos conjuntos tardan tiempo en levantar cabeza. Esa herencia parece segura, aunque habría sido más llevadera con la Décima Copa de Europa en las vitrinas. Incluso habría sido bueno para seguir alimentando el ego del técnico de Setúbal. Casi siempre que se refería a esta competición, hablaba más del objetivo de lograr su tercera Champions que del número que ocuparía dicha copa en el palmarés del club al que entrena. Ya da igual. Tanta paz lleve como descanso deja.

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