Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Esto es la vergüenza nacional

No es una novedad que la Justicia española obstruya la lucha contra el dopaje. Todos conocemos el cierre en falso de la Operación Galgo y la invalidación de las escuchas. La sentencia para los acusados de la Operación Puerto ha sido raquítica, impide la identificación de los tramposos que llevaron a cabo prácticas de dopaje sanguíneo y pone seriamente en peligro la candidatura olímpica de Madrid 2020. El excelente trabajo de investigación, serio y sigiloso, llevado a cabo en su día por la Guardia Civil, vuelve a desplomarse en los juzgados. España fue un paraíso para los tramposos durante años, demasiados años. Los siniestros pisos de Eufemiano Fuentes, que acumulaban más de 100 litros de sangre en neveras caseras, fueron lugares de peregrinación de ciclistas y atletas españoles y extranjeros. Muchos ciclistas pagaron por ello, pero otros deportistas se librarán, escaparán de rositas.

Por qué el dopaje sanguíneo? Por eliminación. Aquellos fueron los años inmediatamente posteriores a la detección de la EPO (2002), y los tramposos huyeron de la hormona que fabricaba glóbulos rojos para inyectarse directamente la sangre en sus venas. En los noventa la trampa se centraba en pincharse EPO para subir el hematocrito hasta el 48%-49%. Una década después, los dopados se transfundían sangre en condiciones lamentables. Según la sentencia de la juez Julia Patricia Santamaría, todas las bolsas de plasma y sangre van a ser destruidas. Ya nunca se hará justicia.