El homenaje que merece San Mamés
Doblegar con estilo al mejor equipo del mundo es el homenaje que merece San Mamés en su despedida. Pichichi viene observando desde el palco una temporada horrenda, llena de sobresaltos negativos. Ayer se cumplió un año del acceso a la final de la Europa League y el proyecto, lejos de crecer bajo la perspectiva que se había abierto, ha caído en barrena. La fe de Bielsa sigue ahí y los leones tratan de salir de la quema con el fútbol abierto y decidido que hizo frotarse los ojos al personal. Un paréntesis a este mal sueño que dura ya 365 días, con dos finales perdidas de fea manera, supondría un detallazo para una parroquia de lo más paciente y comprensiva en el derrumbe. Más allá de todo queda el legado de El Loco: la ambición, el buen gusto por el juego decidido y de toque, la máxima expresión de la exigencia y la categoría a la hora de ganar y perder.
Por eso, por historia y recompensa a las intenciones de estos dos años, es bueno que nos visiten Messi, Iniesta, Xavi y compañía. Y no de paseo. Si lo hacen con ganas de revancha de lo de Munich mejor. Sueño con que el Athletic despida al templo con una reverencia a su gente fiel y creyente.