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Fue una cuestión de actitud

Decepcionante Real Madrid el que vimos ayer en Dortmund. Un equipo irreconocible, sin alma, perdido. En el fútbol y en el deporte en general lo primero es querer. Son las ganas. Sufrir defensivamente. Pelear cada balón como si te fuera la vida en ello. Ayer en eso nos pasaron por encima. Parecía que los alemanes iban en moto y los nuestros en bicicleta. Se puede perder, pero hay que morir en el campo defendiendo esa camiseta. Cada pelota dividida era para el Borussia. Cada jugador del Madrid que recibía el balón tenía tres o cuatro rivales presionando para robar y salir a la contra. No sé muy bien qué rival esperaban encontrarse los de Mourinho, pero ya comprobamos en la fase de grupos, donde fueron superiores en los dos partidos, que si no pones la intensidad necesaria, los alemanes te pasan por encima. Vi a la mayoría de futbolistas por debajo de su nivel, tanto en lo físico como en lo técnico. Numerosas imprecisiones impropias de un equipo de este nivel.

Es tiempo de reflexionar, de apelar al orgullo de cada uno y encontrar la fuerza para afrontar una vuelta que se antoja dura y complicada. Ellos están como pez en el agua esperando y saliendo al espacio. Una derrota como ésta puede hacer mucho daño para lo que resta o puede servir de estimulante y motivación para ver un Real Madrid diametralmente opuesto en el Bernabéu. Se gane o se pierda queremos sentirnos orgullosos de nuestro equipo. Un equipo que se vacíe en el campo.