Detrás de la Edad de Oro del ciclismo español hay un desierto

Cuando he visto la victoria del irlandés Daniel Martin en la Lieja-Bastoña-Lieja, por delante de Purito Rodríguez y Alejandro Valverde, varias ráfagas se han paseado por mi cabeza. He recordado cuando el tío del vencedor, Stephen Roche, le ganó el Tour de Francia de 1987 a Pedro Delgado. Era una época en la que el deporte español ganaba más bien poco, casi nada. A continuación me ha venido también la imagen más reciente de Rafa Nadal, que en paralelo a la disputa de la Lieja pujaba por sumar su noveno título en el Masters 1.000 de Montecarlo, pero cedía su reinado ante Nole Djokovic.




Entre aquel Perico y este Nadal, el deporte español lo ha ganado prácticamente todo. Óscar Freire es uno de los que participó activamente en ello. El cántabro ya está retirado y hasta acaba de presentar su biografía. Y cuando no ha pasado ni un año de su jubilación, ya nos damos cuenta de lo difícil que es ganar un Mundial o una Milán-San Remo. Igual que comprobaremos, me temo, la gesta que significa anotarse un Masters 1.000 de tenis (y ya no digo ocho seguidos).

En la presentación de su libro, Freire vino a decir algo así: "El ciclismo español está en el mejor momento de su historia, pero no se ven jóvenes que puedan tomar el relevo". Una prueba de ello la hemos vivido esta última semana en el Tríptico de las Árdenas, que el pelotón español ha cubierto con una victoria de Dani Moreno en la Flecha Valona y tres plazas de podio: Purito ha sido segundo en la Lieja, y Valverde terminó segundo en la Amstel y tercero en la Lieja.




Pero Valverde, Purito y Moreno comparten algo en común, en lo que también coinciden con Alberto Contador, Samuel Sánchez, Igor Antón o Juan Antonio Flecha: tienen más de 30 años. Y detrás, ¿qué se vislumbra? Pues poca cosa, la verdad. ¿Y detrás de detrás? Pues menos todavía. He hurgado someramente en las generaciones venideras, en ciclistas que ya son ganadores (o potenciales ganadores), y he sentido un enorme vértigo al analizar el resultado:

Nacidos en 1990: Peter Sagan, Nairo Quintana, Moreno Moser, Thibaut Pinot, Phinney, Fabio Aru, Kwiatkowski, Bouhanni...
Nacidos en 1989: Ulissi, Betancur, Degenkolb, Ion Izagirre, Viviani...
Nacidos en1988: Talansky, Vanmarcke, Van Garderen, Kittel...
Nacidos en 1987: Henao, Urán...
Nacidos en 1986: Cavendish, Rui Costa, Rolland, Kreuziger, Dan Martin, De Gendt, Ciolek, Gesink, Spilak...
Nacidos en 1985: Froome, Tony Martin, Porte...

Seguro que me he dejado alguno en el tintero, pero no cambiaría mucho el resultado de mis pesquisas. En este grupo de jóvenes ganadores de presente y futuro sólo aparece uno del pelotón estatal: Ion Izaguirre. Detrás de la Edad de Oro del ciclismo español hay un desierto. Una conclusión que enaltece mucho más las actuaciones de corredores como Purito o Valverde, hoy en un podio muy meritorio, aunque nos sepa a poco porque ya nos hemos acostumbrado a ganar y a ganar.



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