Fichó a un mito y halló un técnico

Confieso que dudé cuando el Atleti recurrió a Simeone. Dudé mucho. Era una medida desesperada de unos dirigentes acorralados, en el momento más crítico de su frustrante etapa. Recurrían a un mito que amansase a la grada, no a un entrenador. Pero casi sin quererlo, sin pruebas empíricas que augurasen este desenlace, se encontraron con un técnico como la copa de un pino. El Cholo le ha devuelto al Atleti el orgullo, el carácter y la memoria. Le ha recordado lo más importante, aquella realidad sepultada bajo el infausto mito del pupas: que es un grande.

Ha sido Simeone, pues, una medicina fabulosa, aniquilando los síntomas de la enfermedad que consumía al Atleti: la mediocridad. Pero llega ahora lo más difícil (todavía), no es lo mismo apaciguar el dolor que curar, hacer desaparecer para siempre la enfermedad del organismo. Ese es el reto que afrontará el Cholo a partir de la próxima temporada: mantener el éxito, hacerlo costumbre y no sorpresa. No prolongar el linaje de Aguirre o Quique Sánchez Flores, amores de un verano. Renovarle por cuatro años es un mensaje claro: le han entregado las llaves de la casa. Queda obra por hacer. Pero esta vez no seré yo quien dude. El mito ya es doble: con camiseta y con traje.