El debate del dinero público
El deporte ha puesto en el mapa a Murillo de Río Leza, localidad riojana de 1.800 habitantes. Tiene un equipo de voleibol femenino, que mañana disputará al Haro la final de la Superliga. El milagro es posible gracias al patrocinio de dos empresas locales y a una ayuda de la Diputación, que se cifra en 100.000 euros. No están los tiempos para que el dinero público sea sostén del deporte de élite, pero el Gobierno de La Rioja considera rentable el patrocinio de los deportes minoritarios. Invertir en ser cabeza de ratón parece menos desatinado que hacerlo para ser cola de león. Que la Diputación Foral de Bizkaia, por ejemplo, haya acudido al auxilio del Bilbao Basket es más cuestionable, porque estamos hablando ya de un equipo profesional.
Entramos ahí en el terreno de la gestión. La del Bilbao no habrá sido muy acertada al aceptar el patrocinio de una empresa que no paga, y tener, además, una plantilla que cuesta más de lo que ingresa. Es como el caso de la Federación Española de Atletismo, cuyos atletas claman por la falta de recursos. Esta tarde revisa el presupuesto porque no le llega. Pero no le llega, al margen de los recortes, por una mala gestión. El año pasado aprobó en vista de lo que se avecinaba una reducción en el número de participantes a los campeonatos internacionales, y cuatro meses después envió a los Europeos en pista cubierta ocho atletas sin mínima, de los que siete quedaron eliminados a la primera. El problema no será de falta de dinero, sino de mala gestión.