Era la pieza que faltaba en el equipo

Hubo un día en el que el Bayern jugaba de maravilla, pero le faltaba una escoba que liberase el juego de Schweinsteiger, un todoterreno con clase suficiente como para construir el juego equipo y limpiar la suciedad que generaban los rivales. Fue aquella época en la que los grandes de Europa se fijaron en Bastian al considerarlo un superdotado para actuar en la zona ancha. Ante tanta insistencia desde fuera por llevarse al internacional alemán, los ejecutivos del Bayern dieron un paso al frente y parapetaron la figura de Schweinsteiger.

Cuál fue la solución? Comprar a Javi. Explican que Hoeness conversó un día con Heynckes, que había batallado, pedido e insistido por el navarro, saltó de alegría en su despacho. Lo tenía. Había ganado una de las partidas de ajedrez más duras y complicadas que el mundo del fútbol había generado. La guerra con el Athletic fue abierta, pero los 40 millones abonados de golpe acabaron por liquidar la película. Le costó adaptarse y se generaron dudas, pero el tiempo fue determinante para convertir al español en la pieza necesaria que le faltaba al Bayern de Múnich, ya campeón de la Bundesliga.

Menzel López es redactor del diario TZ de Múnich.