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Una bala en el escudo del Granada y un Girona soñador y solidario

Ejemplaridad. Alexis pidió perdón por su codazo a Ebert y su feo gesto con la grada de Zorrilla, pero no hubo perdón. Su dura sanción, cuatro partidos, invita a un paseo por los dos mayores castigos. A Pedro Fernández (Granada) le cayeron 15 partidos por su famosa entrada a Amancio en 1974. Fernández dijo hace poco: "No nos comíamos a los niños. Éramos buenas personas pero, eso sí, cuando salíamos a la cancha pensábamos: vienen a meternos la mano en el bolsillo y eso no podemos permitirlo". La sanción de las sanciones fue para Pedro Cortizo: 24 partidos por una entrada a Collar (1964) que le fracturó el tercio medio de la pierna izquierda. En Madrid se vio bien. En Zaragoza, como una cacicada. Este periódico habló con Cortizo en 2008: "Ni lo toqué. Todo fue obra del Conde de Cheles, que era vicepresidente del Atleti y de Competición. Me cambiaron la vida, me llamaban caníbal en cada campo. Pude firmar por el Real Madrid y ya nunca lo hice".

Contrastes. Mel pide un proyecto largo en el Betis y Miguel Guillén, presidente, recoge el guante. Acaba en 2014, habrá ampliación. Otra cosa es lo de Montanier y Aguirre. En San Sebastián, el director deportivo (Loren) renovó dos años pero el francés, cuarto clasificado con 17 jugadores de Zubieta (quince de ellos jugaron en Segunda más Íñigo Martínez y Rubén Pardo) no tiene contrato largo..., ni proyecto.

Proyectos. 82 años después de su fundación, el Granada CF aún rasca en sus orígenes. Ramón Ramos, historiador del club, reveló que Plácido Domínguez, artista de Almuñécar que colaboró entre otros con Lorca en la revista Reflejos, diseñó el escudo. Hoy se sabe que uno de los símbolos proyectados en el escudo es una bala invertida que guardó en su habitación. Miembro fundador de Recreativo Granada (1931), imaginaba: "los jugadores deben ser balas".

El Girona. Con 60 puntos, segundo, sueña con Primera. Un modesto compuesto de descartes en otros equipos catalanes (Benja, Moisés) y con un técnico (Rubi) que cada semana lleva a sus jugadores a TorreMirona para que se oxigenen aunque la tramontana le 'boicotee' las sesiones. Un club que, además, baja al pueblo y es solidario. Tras los incendios del Empordá, se ofreció para jugar amistosos que produjesen fondos. También colabora con ONGs. Chapeau.