Cristiano se rebela y mejora

Hay un paso muy pequeño que va de la cultura del quejío (esa que busca culpables para esconder las limitaciones de uno) a la lacidez (¿para qué luchar si hay tantas cosas en contra, si los obstáculos son insuperables?). Hay que pensar en positivo que decía Van Gaal (un lema excelente que su acento y una prensa hostil le quitó significado ¡qué injusto se ha sido con él!), hay que buscar la luz incluso cuando parece que el túnel es tan oscuro. Hay que seguir la estela de Cristiano Ronaldo y de Messi. Los dos sufrieron para llegar donde están, marcharon de casa a una edad en la que la mayoría de nosotros no nos atrevemos ni a coger el Metro. Ambos lloraron, ambos se cayeron, se volvieron a levantar y siguieron luchando.

Cristiano ha mejorado sus prestaciones en el campo aunque considera injusto que no le cayeran Balones de Oro en los últimos años. O quizá precisamente por eso. Cuando casi nadie discute que Messi los merece, el portugués se rebela y mejora. Y cambiar un centímetro, un segundo, cuando se está en lo más alto es lo más difícil. Requiere hacer lo de siempre, eso que te ha llevado tan arriba, y más. Y más. Ahora Cristiano ha variado la técnica de su disparo. Casi nada. En algún momento reciente decidió que debía tirar las faltas con más precisión, y se puso a entrenarlo. Un día y otro y otro. Muchos hubieran pensando, "para qué si ya soy el mejor". Pero así no piensa Messi o Cristiano. ¿Son extraterrestres? Para nada, sólo humanos que enseñan el camino.