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España-Alemania, el presidente aguador y el disgusto de Mario Gómez

Otra cumbre hispanogermana. Prefería evitar el Clásico en semifinales, pero decir que lo veremos en Wembley es temeridad. A la temporada pasada nos remitimos. Pero, ¿lo imaginan el 25 de mayo mitad blanco, mitad blaugrana? Soñar se puede. Demostraría una vez más la supremacía del fútbol español. En la previa los alemanes se dan al intercambio de "opiniones" de Múnich a Dortmund. Magath o el exjugador Netzer no dan opciones a los españoles. Si se confían, casi mejor.

A base de goles. Messi infunde miedo. Cristiano en su cumbre. El Pipa recuperado. Lewandowski suma y sigue. Los delanteros, listos para semifinales. Pero, sancionado, no estará el titular del Bayern: Mandzukic. Mario Gómez es el segundo en la lista de sucesión. "Pero no está feliz y no puede continuar así", dijo Uli Ferber, su representante. La suplencia no sienta bien a nadie y menos cuando la temporada anterior has hecho 41 goles y elevado la claúsula a 75 millones. Mario ya no es imprescindible y, si molesta, Heynckes tiene más bazas. Pizarro, el peruano, está listo, cinco tantos en los tres últimos partidos. Por cierto, regalará dos entradas a dos peruanos en cada encuentro de Champions. Para tener, al menos, un par de compatriotas animándole.

65.829 espectadores. Lleno el Signal Iduna Park contra el Madrid (24 abril, 20:45, C+ Liga de Campeones). El domingo llegaban los primeros hinchas en busca de las últimas entradas, a la venta dos días después. La mascota del club amenizó la espera y Rauball, presidente del Dortmund, distribuyó agua. Abogado y político, ha afrontado distintos mandatos, desde que, en 1979, con 32 años se hiciera cargo del club para apagar el primer incendio. En cada crisis, se recurre a él. Así una y otra vez. También está al frente de la Bundesliga, elegido con unanimidad por el resto de mandatarios, tercer mandato consecutivo. Casi se puede sumar a su currículum aguador y bombero.

Pray for Boston. Sí, una oración por las víctimas y heridos en una competición deportiva. Un atentado que toca al deporte. Y que no exhime de lamentar muchos otros en Somalia, Irak, Afganistán y el resto de países en conflicto. Por qué buscar diferencias y no unidad ante una tragedia. Gracias por la que inspiran personas como Abidal, ejemplo de lucha. O La Rosaleda, agradeciendo a su equipo la felicidad de estos meses. Y futbolistas que, desde el anonimato, ayudan a su entorno. ¿Cuántos abrazos dieron a desconocidos cuando España ganó el Mundial? La capacidad de unión del deporte ha de emplearse en positivo.