Casco con niño y kicker noruego

Mariano Tovar


Mi padre siempre ha dicho que “los niños oyen, ven y callan, y hablan cuando mean las gallinas” que, como todo el mundo sabe, echan todo en revoltijo por la cloaca, y que sea lo que Dios quiera. El español, rico en dichos como pocos idiomas, es sabio. Por eso deja muy claro que “Quien con niños se acuesta, meado se levanta”, aunque yo siempre he preferido la otra versión más ‘fina’, que viene a decir algo así: “quien con infantes pernocta, excrementado alborea”. Pero dejémonos de tanta escatología y vayamos al grano.


Este año hay tres equipos que van a cambiar su imagen corporativa: Vikings, Dolphins y Jaguars. Sobre este último ya escribí hace tiempo, recalcando que demasiados problemas tiene el equipo de Jacksonville como para preocuparse de su logo. Aunque hay que decir que su nuevo jaguar al menos no es más feo que el anterior, aunque para este viaje no hacían falta alforjas.


Sobre el nuevo de los Dolphins no puedo decir lo mismo. Consigue lo imposible: empeorar lo que había. El viejo delfin con casco saltando sobre el sol era bastante feo, pero el nuevo, aséptico hasta el sopor, parece más la imagen de unas líneas aéreas con sede en el caribe que de un equipo de football americano.


El vikingo de Minnesota siempre me ha recordado a ‘Asterix y los normandos’ y el leve ‘lifting’ de cara a la temporada 2013, con la trenza más corta y los trazos más gruesos, me recuerda aún más a la historia de los galos irreductibles.


Otro de los equipos que está en permanente búsqueda de una imagen atractiva son los Chargers. Pero en este caso el problema quizá sea el punto de partida. Lo de Chargers no tiene ni pies ni cabeza. El rayo podría molar si estuviera un mínimo de personalidad, pero que tu nombre tenga el origen en unas tarjetas de crédito, y tu logo parezca el de una empresa de reparaciones eléctricas, hace que el invento se caiga por todos lados.

Así que si de mí dependiera, yo me lo cargaba entero y empezaba de cero. No me parece tan grave. Estamos en medio de una patética campaña para cambiar el nombre de los Redskins, que es de los más célebres de la competición. Lo quieren desterrar de la faz de la tierra y enterrarlo en lo más profundo de la sima de Las Marianas sin inmutarse. Si nos podemos cargar uno bueno por imposición política ¿por qué no arreglar el de San Diego cuando es un clamor que no hay por dónde cogerlo?


¿Y a qué viene todo esto? Pues porque como todo el mundo sabe que el uniforme de los Chargers es un cagarro, desde el lunes corre como la pólvora por los mentideros y las redes sociales que San Diego va a cambiar su imagen. La chispa que provocó el incendio fue la foto que Darrell Stuckey, safety del equipo, hizo a su hijo recién nacido y colgó de inmediato en Twitter.

La foto es bien bonita y el padre, como mandan los cánones, solo tenía ojos para su retoño cuando la hizo. Pero la gentecilla es despreciable y, o le importan muy poco los hijos de los demás (ya tiene suficiente con los suyos), o simplemente desciende de Herodes, así que la mayoría no se fijó en el contenido, sino en el continente. En pocas horas se armó el belén. ¿Es ese el nuevo casco de los Chargers? ¿Tendrán una imagen retro durante 2013 con el número junto al rayo? ¿Los cambios afectarán solo al casco o también al resto del uniforme? ¿Está Nike preparando una nueva vuelta de tuerca después de los ‘uniformes Halo’ de los Seahawks?


Incluso he leído por ahí que desde el equipo han reprendido duramente al jugador por provocar la polémica. Pero Stuckey no es el primer niño que mea fuera del tiesto. A Jared Odrick le falto tiempo para tuitear imágenes de las nuevas equipaciones de los Dolphins cuando el club pretendía esconderlas y no hacerlas públicas hasta el día del draft.

Desde que inventaron twitter, las camas amanecen inundadas casi a diario. Que somos como niños.

Pero para niños con juguetes nuevos y noticias sorprendentes, la del fichaje del kicker noruego Havard Rugland por los Lions.

El tal Rugland se hizo famoso hace unos meses cuando colgó en Internet un vídeo en el que hacía auténticas diabluras con el balón, metía la pelota entre los dos palos sin inmutarse desde distancias increíbles y alcanzaba objetivos en movimiento con una precisión quirúrgica. Los Jets le invitaron a hacer unas pruebas, lo que no dice demasiado, porque últimamente los de la Gran Manzana hacen audiciones casi a cualquiera, pero que los Lions se interesen por él y le hagan un contrato ya son palabras mayores. En Detroit han sido fieles a Jason Hanson durante 21 años, y siempre han tenido una especial sensibilidad por esa posición.

De entrada, Rugland, que fue futbolista amateur antes de interesarse por el football, tendrá que competir con David Akers durante la pretemporada por hacerse con una posición en la que no hay suplentes. Estaría bien que el noruego tuviera éxito. Y también es urgente que se aficione a twitter y empiece a colgar tonterías cuanto antes, que la offseason sin picante se hace muy larga.

mtovarnfl@yahoo.es / twitter: @mtovarnfl

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