Bastante mejor... pero no perfecto

Sensacional pole de Jorge Lorenzo en el GP de Qatar. Una exhibición de campeón, de un piloto curtido ya en mil batallas que sabe cuándo hay que gastar la pólvora. Se ha colocado en la cabeza de la parrilla de Losail con el nuevo sistema de calificación, inspirado en los ya utilizados en otras disciplinas pero con ciertas diferencias que no terminan de convencerme. Es evidente que mejora con mucho el tostón anterior, casi una hora de pilotos dando vueltas y más vueltas con el único sentido de llegar a los últimos minutos para que apretaran los dientes buscando ese tiempo rápido que les posicionara lo más arriba posible. Ahora la sesión es más dinámica y emocionante, aunque ya digo que yo, directamente, hubiera copiado lo que ya funcionaba.

Me gusta más, para concretar, el modelo instalado en la Fórmula 1. Tandas cortas e intensas, con todos los pilotos en pista de inicio y que no permiten el más mínimo error en ninguna de ellas, ni siquiera de los favoritos. Si alguno falla en la primera, se ve en la cola del pelotón; si la climatología cambia, lío a la vista; un problema mecánico... y el favorito puede salir el porras. Con la solución de MotoGP, parece bastante claro que todos los de arriba estarán casi siempre en la tanda definitiva, mientras que la única sorpresa de ayer fue ver a la CRT de Espargaró colándose entre esos doce finalistas. Es decir, que la manga final mantiene las connotaciones propias de lo decisivo pero el camino hasta ella creo que podría ser más incierto y, por tanto, atractivo.