El Madrid ahuyenta fantasmas
Pasó el susto. El Madrid ganó al Efes y acabó segundo en la segunda fase de la Euroliga. Así tendrá a su favor el factor cancha en los playoff de cuartos de final, que no es otra cosa que poder jugar en casa el partido de desempate contra el Maccabi, su próximo rival, si hiciera falta. Pero tan importante como el factor cancha es la manera con la que consiguió ayer la victoria. Al Madrid le hacía falta recuperar la alegría, la velocidad, a Llull pegando saltos y levantando los brazos para arengar al público, en una palabra, la confianza. Cierto es que ganar al Efes -un equipo que, desde luego, no contaba para ganar la Euroliga- no es como para tirar cohetes, pero tal y como estaba el Madrid de triste, le era necesaria una alegría.
Para ello bastó con una mejor actitud. Para defender y para acelerar los ataques. Con tiros rápidos, el Madrid multiplicaba por dos su capacidad de fuego, tal y como hacía en los primeros meses de la temporada. Doce segundos -la mitad de la posesión- eran suficientes para armar el brazo, e incluso para firmar canastas espectaculares. De esta manera las rotaciones fluyeron y hubo un máximo anotador distinto para cada periodo: Rudy (11 puntos) en el primer cuarto, Carroll (9) en el segundo, Llull (10) en el tercero y Reyes (6) en el cuarto. Al final, todos contentos. Como el Baskonia, que lo importante es cómo se acaba. Aquellas cinco derrotas seguidas que le dejaron tocado ya son historia. En el baloncesto hay mucho margen de error.