Tello menos Alves, igual a X

Tello es la velocidad de la luz. Un jugador que conjuga entusiasmo con concentración, rapidez con disparo. En un campo abierto es como una cuchilla, una espada. Imprime en los metros finales una presión que recuerda, salvando (todavía) las distancias, aquellas galopadas increíbles del madridista Gento. Al lado de Messi, y a pesar de que a veces se atrabancan, puede lograr milagros. Sí, y casi los logra en el partido de ayer en Balaídos, pero tiene en su propio equipo a Alves, este excéntrico jugador genial que a veces hace todo lo posible para parecer vulgar y torpe, como cualquiera de los que no le llegan ni a las suelas de los zapatos.

Ayer fue uno de esos días de Alves; jugó como si estuviera de vacaciones, y al final asistió tan poco a clase que batió el Celta a Pinto cuando ya los suspiros iban a favor del Barça. El Celta mereció el empate, a pesar de Tello y de la velocidad de la luz. El mérito estuvo en la catástrofe Alves.