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Rivales de blanco, el talento de Götze y un currante llamado Matuidi

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Todos de blanco. En Turquía, el público sale del Sükrü Saracoglu, en la zona asiática de la ciudad, el estadio del Fenerbahçe, haciendo cuentas y pensando en lo complicado que tienen ver a su selección en el próximo Mundial. Pero los aficionados del Galatasaray ya han cambiado el chip, aunque piensan también, en parte, en Brasil. En la orejona, el trofeo que se pasea por allí estos días hasta acabar en Wembley en mayo. Transición inmediata de un partido clave a otro decisivo, en la Liga de Campeones y contra el Real Madrid. Será su sexta vez en cuartos, las semifinales son su techo. Aquí no hay medias tintas, es el líder de la liga, el club odiado por Fenerbahçe y Besiktas, cuyos aficionados se vestirán de blanco los próximos días.

El indispensable Matuidi. Lío de internacionales a estas horas aún viajando de lado a lado del mundo para volver a sus clubes. Al lado de casa le quedó el partido a Blaise Matuidi. Energía, la que le da su físico de atleta de origen africano, y solidez, perfecta para contener y ser primera línea de presión y defensa por una delantera no muy dada a esas labores. Ha encajado la responsabilidad de suplir a Makelele. Hasta convertirse en “un jugador indispensable para el partido contra el Barça”, como declaró Ancelotti, entrenador del PSG.

Nacido futbolista. Mario Götze nació en zona de influencia del Bayern, pero, cosas de la vida, su padre, profesor universitario aceptó el traslado a la facultad de informática de la Universidad de Dortmund. Con siete años hacía virguerías con la pelota en los partidos que el frío les hacía disputar en una pequeña habitación con su hermano menor. “Nacido para ser futbolista”, dijo Zorc, director deportivo del Dortmund, que quiere hacerle un contrato vitalicio ante el interés de los grandes de Europa. Real Madrid, Barcelona y Manchester United, reconocidos como sus favoritos. Le llaman Gotzinho, le comparan con Messi y su versatilidad le da proyección para convertirse en el mejor del mundo en su posición, pero, ¿cuál? Cómodo en el carril del 10, mediapunta, pero también ha jugado como falso 9 y si ocupa una banda tampoco tiene problema. Puede volver locos, por tanto, a cualquiera de los cuatro en defensa del Málaga en los cuartos de la Champions.

La madre de la ciencia. Y en medio de la usual voracidad del fútbol, una noticia de paciencia y comprensión. Lucescu amplia su contrato con el Shakhtar dos años. Desde 2004, que llegó, hasta 2015. Sorprende, porque no son habituales los millonarios, propietarios de clubes, que dan margen a los técnicos, como Rinat Akhmetov. Y también por el no al Anzhi de Lucescu, que a sus 67 casi, no mira sólo un retiro millonario.