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Precoz, capitán y torero

Sergio Ramos siempre tuvo prisa en el fútbol. Con 18 años se proclamó campeón de Europa Sub-19 en magnífica compañía, parte de la cual aún conserva a su lado: Silva, Albiol, Borja Valero, Juanfran, Soldado, De la Red, Amorebieta Con 26, antes que nadie, cumplirá su partido 100. Jugadores de su carácter y de su polivalencia siempre encuentran entrenador que les ponga, sean cuales sean sus relaciones. Él se ve central, pero como lateral llegó a la cima y algunos le auguran incluso una segunda carrera como mediocentro. Servir para esos tres papeles habla de un futbolista con valentía, potencia, velocidad y toque. Pero lo que cuenta hoy en AS y en entrevistas anteriores refleja que ha completado el curso de capitán, que no es más que cuidar de sí mismo y del entorno.

Por eso se cree en la obligación de ponerse del lado del ángel caído, que una tarde fue Özil y hoy lo es el descartado Torres, del que se acordó en un cumpleaños con poco que celebrar. Pasó tardes malas, con Henry, con el inglés o con el Bayern, pero se irá del fútbol dejando un penalti a lo Panenka en una Eurocopa, que en fútbol es matar en la suerte contraria. Así son los toreros.