El paripé de las visitas del COI

Estuve la semana pasada en Río de Janeiro, y aún no me explico cómo el Comité Olímpico Internacional (COI) pudo conceder los Juegos de 2016 a esta ciudad. Bueno, poder sí que puede, y seguro que además los hará fenomenal. Mi perplejidad viene a cuento de los condicionantes y requisitos que el COI pone a las ciudades candidatas para aspirar a los Juegos; incluso para dar mayor seriedad al asunto hasta envía una comisión a ver cómo están las cosas. Pues en este sentido, Río no admite la más mínima comparación con Madrid, y sin embargo se llevó los Juegos de 2016. En Río los atascos son importantes, la contaminación es elevada, el olor de la bahía y de las lagunas deja que desear cuando llueve, la seguridad se reduce a unas áreas muy concretas...

No es una impresión subjetiva, sino algo que certificó el COI cuando dio las notas a las ciudades candidatas de 2016. Río sacó 5,8 en seguridad, 6,5 en transporte y 6,6 en medio ambiente, por 7,5, 8,5 y 8,1, respectivamente, de Madrid. Pero no sólo fue eso, sino que Madrid superó a Río en todo lo demás: apoyo, infraestructura, sedes deportivas, villa olímpica, alojamiento, experiencia, financiación y legado. Como ya sabemos para lo que sirven luego estas notas, el examen que estamos pasando se puede calificar de paripé. Si ya lo dijo José María Echevarría, anterior presidente del Comité Olímpico Español, cuando le tocó presentar el informe de candidatura: "Tranquilos, que esto no se lo va a leer nadie".