Pablo Laso se pone nervioso

En el Madrid de baloncesto parece que han entrado los nervios. La marcha del equipo es más que satisfactoria: líder tanto en la Liga como en su grupo de la Euroliga. Pero las dos derrotas seguidas, las dos en el Palacio, han puesto nervioso a Pablo Laso, su entrenador. En su descargo cabe que lleva tiempo sufriendo unas remontadas agónicas del equipo. Le honra que se desespere cuando ve que el partido se va a perder, porque en el Madrid la derrota no se perdona, pero el Barcelona lleva perdidos nueve partidos en la Liga y Xavi Pascual está tan tranquilo. Lo peor en el caso del Madrid es la angustia y el enojo que muestra Laso. Antes no era así. Las broncas a sus jugadores comienzan a dar vergüenza ajena, y el domingo fue incluso expulsado.

Laso, con su actitud, no ayuda al equipo. En los tiempos muertos deja la impresión de que es el único que no se equivoca, cuando toma al menos cincuenta decisiones en cada partido. El jugador siempre tiene la culpa, y esto puede comenzar a pasar factura. Laso dio una personalidad y un encanto al equipo en su primera temporada que ahora se va perdiendo. En el Madrid de los últimos años suele pasar que el entrenador triunfe en su primera temporada y luego tenga problemas. Scariolo, Maljkovic y Plaza ganaron la Liga en su primer año y después el equipo se les escapó de las manos. Laso ganó la Copa la pasada temporada, pero perdió la de ésta cuando partía como favorito. Lo peor que pueda pasar es que ahora también pierda los nervios.