Solo los Pirelli pudieron con Alonso
Adrian Newey no es infalible y los Red Bull no son invencibles. Esta es la primera lectura que nos ha dejado Australia. Pensábamos que la temporada comenzaría como acabó el año pasado pero la F-1, por suerte, es cada vez menos predecible. La victoria de Raikkonen ha sido una sorpresa, o casi. Es cierto que la pretemporada de Lotus ha sido impecable, pero no como para meterle doce segundos a Ferrari y veintidós a Red Bull. El Lotus E21 es muy cuidadoso con los neumáticos (una parada menos), no tiene nada que envidiar a sus rivales en todos los demás apartados (el tándem Allison-Boullier está siendo espectacular) y Raikkonen, menos frío que otras veces (llegó a levantar el índice en plan Vettel), está como en 2007. Hay rival.
Otra de las sorpresas del día fue el F138. En los entrenos nos asustó, parecía un clon mejorado del F2012, pero en la carrera hizo gala de lo que se espera de un Ferrari. Tampoco estamos ante el mejor monoplaza de la parrilla, pero pinta bien. El cuarto puesto de Massa es muy revelador (por cierto, lo que le hizo su equipo es indigno). Schumacher tardó cinco años en llevar su primer título a Maranello y creo que Alonso puede hacerlo antes. Lo hizo casi todo bien, desde la salida hasta tirar de prudencia para pasar a Hamilton, pero no pudo con los Pirelli. Si Raikkonen llega a hacer las mismas paradas, el ganador hubiera sido el asturiano. Y al que no le veo en el podio, salvo milagro, es a Hamilton. Qué desastre lo de Mercedes, casi tanto como McLaren.