Un arranque para la esperanza

Entiendo que el deporte es un carrusel de emociones. Nos entusiasman los triunfos, sufrimos con las derrotas, nos dejamos llevar por la euforia, nos preocupan las incertidumbres… Por eso nos gusta tanto y nos hace un poco más llevadera nuestra cotidianidad. Y es así como ya queremos ver esta temporada como un camino hacia el triunfo de Fernando Alonso, que ha completado otra grandísima carrera para ser segundo en Australia y contribuir, junto a su compañero Massa, a que Ferrari aparezca al frente de la clasificación del Mundial de Constructores tras este primer gran premio. Disfrutemos del momento, claro… pero sin ser resultadistas ni excesivamente atrevidos en los pronósticos. Hay motivos para la esperanza, sin duda, pero tampoco para la celebración desmesurada, creo yo…

El Ferrari de este año es una base significativamente mejor que la anterior, es evidente. Y en manos de Alonso (porque incluso Massa ha sido capaz de sacarle un magnífico rendimiento) puede ser un arma temible para competir contra los rivales… porque los habrá. Pretender enterrar a Red Bull sería un error clamoroso, primero porque siguen siendo muy competitivos y segundo, porque siempre hay que estar preparados para un golpe de genialidad de Newey. Y si tras los entrenamientos y la calificación no habían ganado el Mundial, está claro que tampoco ahora lo han perdido. El propio Fernando ha dicho que prefiere esperar a una carrera “más normal” para sacar conclusiones y comparto que es lo inteligente. Sin que eso signifique que dejemos de ilusionarnos por el que podría convertirse en un gran año.