El partido que está por llegar
El del Oporto es el partido de nuestras vidas", proclamaba Weligton días atrás. Lo era. Málaga lo sabía y no falló. El corazón de la infatigable afición de La Rosaleda, el fútbol de quilates de Isco y Joaquín, el carácter de un equipo madurado a base de golpes y la majestuosa mano de Manuel Pellegrini obraron la enésima gesta del mejor Málaga que se ha conocido. Una maravillosa creación que rebosa fútbol por los cuatro costados y que no se deja arrugar por los focos.
Weligton llevaba razón sólo a medias. El partido de su vida y de la de muchos de sus compañeros está por llegar. Será en unas semanas. Porque este Málaga del Ingeniero se ha enganchado a la gloria y a su fascinante cuento de Champions aún le restan unos cuantos capítulos.